Nos dirigimos primero hacia el vallado cinegetico que tenemos al lado, donde podemos obsevar algunos ciervos de alta cornamenta, acompañados de ciervas, también vemos corzos y en la alambrada del principio ya vimos gamos.
Nos dirigimos a pie por la carretera rodeada de un bonito y frondoso robledal, al fondo con vistas de las Sierras de Bejar, Quilamas y Sierra de Francia.
Damos una vuelta por el pueblo, sus calles, sus casas, huertas, la iglesia... y tomamos algo en el Bar Manuel.
Al salir del pueblo, tomamos un camino que pasa justo detrás de una nave de reciente construcción. Nos encontraremos con más caminos, pero siempre continuamos por el de la derecha, que va entre fincas de robles y charcas con ganado vacuno pastando, como si de fieras salvajes se tratase, por el color de los animales, porque cuando te ven, te miran y echan a correr... por eso lo denomino El Serengueti salmantino.
Este camino nos devuelve a la carretera, justo casi a la altura del coche.
Aprovechamos para seguir avistando fauna más típica de la sabana africana que de la dehesa salmantina, aunque con esta sequía podría ser perfectemente. Han introducido en unas fincas: rebecos, gamos, ciervos, corzos...para "aprovechamiento cinégetico" Hay que tener paciencia y guardar silencio para poder avistar fauna, por supuesto. También podemos escuchar en otoño la famosa berrea.
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