Domingueros Viti

Domingueros Viti
Despacio, despacio...Vivir deprisa no es vivir, es sobrevivir.

lunes, 10 de noviembre de 2025

El Chorro. Las Batuecas. Salamanca

Esta ruta siempre sorprende, según la estación del año que la camines. Es tan sobrecogedora, que es estupenda para meditar, pensar o simplemente pararte y contemplar.

La ruta la hemos realizado en Noviembre, había llovido semanas antes, con lo cual durante todo el trayecto de ida y vuelta, el rumor del agua, corriendo, en cascadas...fue un plus. Los madroños, las hojas cambiando de color y lanzando su vuelo hacia el suelo. Buitres leonados al ladito, rebaños de cabras montesas por aquí y por allá, machos cabríos imponentes, hembras con sus pequeños...Un paraíso...

 * https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/senda-del-chorro-de-las-batuecas-en-sierra-de-francia-salamanca-29632544

Partiendo desde las inmediaciones del Monasterio de San José de Las Batuecas, la ruta consiste en recorrer en paralelo el Río Batuecas hasta la Cascada del Chorro, separándonos en algunos momentos del curso fluvial para ganar altura y contemplar otros parajes cercanos de interés. Nos encontramos en el Parque Natural de Las Batuecas - Sierra de Francia.

Estacionamos en al aparcamiento habilitado junto al Río Batuecas, en la paisajística y sinuosa carretera que une La Alberca y Las Mestas. Inicialmente caminamos por un sendero terrizo, enlazando seguidamente con un tramo de pasarelas de madera de la "Senda Accesible Las Batuecas", donde nos sumergimos de lleno en un precioso bosque de ribera, rebosante de humedad y verdor, junto con los primeros tonos cobrizos que avecinan el otoño.

Al finalizar el tramo de pasarelas, enlazamos con un camino terrizo de acceso restringido al tráfico, que se dirige al cercano Monasterio de Carmelitas Descalzos del Desierto de San José de Las Batuecas, el cual no admite visitas turísticas. Magnífico lugar escogido para la oración y la contemplación espiritual. Tras cruzar el puente del Arroyo Castaño, que da acceso al pórtico del monasterio, bordeamos su viejo muro de piedra perimetral. El margen del sendero es muy estrecho respecto al encuentro con el cauce del Río Batuecas, con un curioso tramo enraizado de la profusa arboleda.

Al poco tiempo llegamos a un cruce de senderos, donde podemos atravesar el río por un antiguo puente de piedra, con una cancela entornada. Este desvío opcional asciende suavemente al Mirador de San José. Merece la pena ganar algo de altura y contemplar las vistas desde este mirador, para hacernos una idea de la relativa amplitud del valle en esta zona, antes de encajonarse conforme lo remontamos. El valle está flanqueado al norte por la Sierra de La Alberca, y la Sierra de Las Mestas al sur. También pasamos en este desvío por las ruinas de la Eremita de San Juan Bautista y la Fuente de San José, donde es recomendable efectuar una parada, siendo un hermoso paraje que invita a la reflexión, inmersos en la penumbra del bosque y acompañados del relajante sonido de saltos de agua y cantos de pájaros.

Tras volver a cruzar el puente, proseguimos el sendero paralelo al río, señalizado como PR-SA 10. Este sendero fue antaño muy utilizado por ganaderos y carboneros para el aprovechamiento del bosque. Encontraremos numerosos restos de corrales de ganado y hornos de carbón. El sendero terrizo torna rocoso conforme se acerca al cauce fluvial en los estrechamientos.

Llegamos a otro desvío opcional, que asciende al Canchal de las Cabras Pintadas, llamado así por albergar en su abrigo rocoso una serie de pinturas rupestres neolíticas con la apariencia de dichos animales. Actualmente las pinturas están muy deterioradas y apenas se aprecian, a pesar de estar enrejadas para evitar actos vandálicos. Sin embargo, el interés paisajístico es primordial, para contemplar la impresionante panorámica del valle que tenemos desde este canchal. Precaución al acercarse al cantil, porque una posible caída tan vertical no se contaría. Abajo podemos observar en el río una gran poza que sirve de piscina natural a otros senderistas.

Continuamos el sendero paralelo al río, al amparo del frondoso bosque, cuyo caminar nos transmite sosiego y armonía. La señalización del sendero oficial PR-SA 10 finaliza en este punto, pero el trazado prosigue igual de marcado y acompañado de hitos de piedras.

Llegamos a un punto donde el sendero vira por completo remontando la ladera, alejándose del río. Este punto sirve de referencia también para cruzar el río y visitar otro abrigo rocoso con pinturas rupestres en el Canchal de la Umbría del Cristo, atisbándose al otro lado del río según continuamos nuestro camino.

Al poco tiempo llegamos al Canchal del Zarzalón, también con pinturas prehistóricas en un abrigo rocoso enrejado y con un panel interpretativo. Nuevamente destacan las panorámicas desde este lugar en altura, donde el valle comienza a encajonarse abruptamente, flanqueado por grandes riscos de cuarcita.

El sendero discurre ahora por una cornisa rocosa, pero no existe ningún paso expuesto que suponga mayor complicación. Se trata de un paraje de excepcional belleza.

A pesar de encontrarnos casi al final del verano, el bosque rezuma humedad por todas partes. Y el río mantiene un aceptable caudal, nutriendo varias pozas con la suficiente profundidad para bañarnos en su cristalina y fresquísima agua. Vadeamos el río por una pasarela de piedras, y remontamos un repecho en la otra ladera.

Al remontar la ladera obtenemos detrás nuestra una fantástica panorámica de los canchales llamados Las Catedrales, alzándose al fondo las peñas de la Sierra de La Alberca.

Al frente admiramos los cerros de la Sierra de Las Mestas, que cierran la cabecera del valle, uniéndose con la Sierra de La Alberca en el Puerto de Monsagro. Dejo marcado un waypoint donde hay que prestar atención para seguir el sendero rocoso, ya que hay un estrechamiento que puede inducir a error y no hay que cruzar el regato. Una serie de hitos de piedras nos indican el trazado correcto.

Y llegamos a la base de la imponente Cascada del Chorro. El cortado es tan colosal y encajado que nos es apreciable en fotografía. El sendero continúa desde la base por el lado derecho, subiendo a la parte superior del cortado.

A pesar de encontrarnos en la época final del estiaje, el regato mantiene un aceptable caudal, lo que permite hacernos una idea del esplendoroso salto de agua que debe caer durante la época de lluvias. En la base de la cascada, la poza no llega a mantener un adecuado nivel por la filtración.

Pero en la parte superior, justo antes de la formación del salto de la cascada, se encuentra una marmita de gigante esculpida en la dura piedra cuarcítica, la cual permite deleitarnos con un refrescante baño, acompañados de un estupendo panorama del entorno, donde podemos realizar la principal parada de la jornada. Eso sí, mejor no acercarse demasiado al cantil. Aquí finaliza esta ruta lineal, por lo que habrá que desandar nuestros pasos para regresar al punto de partida.

A la vuelta en vehículo en dirección a La Alberca, podemos aprovechar para hacer una parada en un apartadero de la carretera a media ladera, y admirar una fabulosa panorámica del valle del Río Batuecas al completo, antes de su encuentro con el Río Ladrillar.






















antuario de la Peña de Francia.

La vegetación riparia predominante está formada por alisos, abedules, tejos, castaños, arces, acebos, serbales, helechos y musgos, mientras que en las laderas destacan robles rebollos, encinas, alcornoques, pinos silvestres, sabinas y enebros. En cuanto a la fauna, es posible el avistamiento de aves acuáticas y forestales, como mirlos, águilas reales, alimoches, buitres negros y cigüeñas negras, así como ardillas, corzos, jabalíes, zorros y cabras monteses. En el río podemos encontrarnos con truchas, nutrias y salamandras.

El itinerario transcurre según el tipo de terreno: un 90% por sendero terrizo y rocoso, y un 10% por pasarela de madera. El desnivel positivo es de 435 m. y el tiempo total ida y vuelta fue de 5 horas, incluyendo numerosas paradas.