Domingueros Viti

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Despacio, despacio...Vivir deprisa no es vivir, es sobrevivir.

martes, 23 de marzo de 2021

Herguijuela. Convento de Belén. Herguijuela

Nosotros hicimos la ruta al revés, comenzamos subiendo por la mañana hacia el Molino y el Haya, siguiendo las señales del camino hacia La Alberca y en el momento de abandonar la preciosa Calzada, continuamos por la pista recto. Siguiendo las indicaciones de la ruta en Wikiloc. Estaba el campo pletórico, las peonías o rosas de Jordania, los Gamones blancas o Varilla de San José y una infinidad de flores de tan diverso colorido, que nos acompañaron durante todo el trayecto, ofreciéndonos a los sentidos todo su esplendor, sus olores, tonalidades...jara diversas, brezos...

Comimos al lado del cortafuego grande que divide la ruta de arriba a abajo y de allí todo bajada.

El espléndido Valle de Belén


La Sierra del Castillo al fondo

La Herguijuela al fondo






Peonía o Rosa de Jordania

Entrada hacia el Valle de Bélen


Calzada empedrada, camino hacia La Alberca


Sierra de Béjar, aún con nieve


Molino singular

Circo que protege del Valle de Bélen

Descendiendo de la zona del Haya de la Herguijuela. Llena de Gamones en flor

 Saliendo de la zona del Convento de Bélen. Madroño muy antiguo

Al fondo la Sierra de Béjar nevada



Valle del Convento de Bélen


Bajando por un sendero cubierto de madroños, alcornoques...


El Olmo de la plaza de La Herguijuela

Al fondo el Portillo de la Bejarana

La Herguijuela al fondo




El Haya de la Herguijuela

* https://viajeconpablo.com/ruta-del-valle-de-belen/

Ruta del Valle de Belén en Herguijuela de la Sierra (Sierra de Francia. Salamanca). Dificultad: Fácil. Distancia: 13,8 kilómetros (circular). Duración: 4 horas y 15 minutos aproximadamente


Aquellos enclaves ocultos, recogidos, recónditos y casi inaccesibles que eligieron las más diversas órdenes monásticas para establecerse en la Sierra de Francia hace quinientos años, hoy no han perdido ni un ápice de ese carácter. Se podría pensar que, en todo este largo tiempo, el recogimiento y la soledad de esos pequeños paraísos estaría rota por culpa de la mano ‘colonizadora’ del hombre. Nada más lejos de la realidad. Esa es quizás la grandeza de la Sierra de Francia y de otros parajes naturales donde hoy es muy difícil llegar y antaño lo fue aun más. Algunos de esos monasterios sobreviven estoicos al huracán globalizador y tecnológico manteniéndose firmes en unas creencias y en una forma de vida totalmente respetables. Ocurre en el Santo Desierto de San José de Las Batuecas, de donde parte la fantástica ruta del Chorro. Otros complejos monásticos no aguantaron duros envites como las desamortizaciones o la marcha de los monjes de su comunidad. Es el caso del Convento Basilio del Santo Niño de Belén. Apenas un puñado de piedras sobrevive en uno de los parajes más fascinantes de la Sierra de Francia. Allá donde este especio natural salmantino va camino de darse la mano con Las Hurdes cacereñas, se encuentra una depresión repleta de atractivos. El Valle de Belén en Herguijuela de la Sierra no solo fue el refugio de la enigmática orden de los Basilios en un monasterio que casi cuelga de la ladera de la montaña. También es un ejemplo de manual de la resistencia de un entorno totalmente virgen y dominado por las especies autóctonas. Estamos ante la que pude ser la vertiente más pura del parque natural.
Partimos de Herguijuela de la Sierra, localidad que conserva la arquitectura serrana y desde la que salen otras rutas de senderismo como la que nos lleva a la Sierra del Castillo y la que llega a la provincia de Cáceres a través del hermoso paraje de Fuente Mundo. Podemos aparcar junto a la iglesia y tomar precisamente la ruta que lleva a Fuente Mundo y a la pedanía de Rebollosa y que está marcada con los colores blanco y verde. Los olivos serán los protagonistas de este primer tramo. Árboles que brindan una aceituna que nada tiene que envidiar a la que se obtiene en cualquier otro rincón de España. De hecho Herguijuela de la Sierra cuenta con una almazara reconocida en todo el país con una producción pequeña, pero de gran calidad. Su nombre, Soleae.
Descendemos entre matorrales, jaras y olivos hasta la estrecha carretera que une Herguijuela con su pedanía de Rebollosa. La cruzamos y tomamos la pista que sale justo delante que comienza a ascender entre pinos de repoblación. La subida será muy sostenida y cómoda, pero suficiente para comenzar a disfrutar de unas excelentes panorámicas de la cercana Sierra del Casillo y su Alto de la Mina o Cueva de la Mora. No confundir con la más popular y legendaria que se encuentra en la Sierra de la Quilama y de la que ya os hablamos en este post. También veremos al fondo del horizonte las cumbres de la Sierra de Béjar que, si hacemos la ruta en invierno o primavera, las veremos posiblemente cubiertas de nieve.

La pista hace un brusco giro a la izquierda para salvar el arroyo del Cabril, cruzaremos un puente y llegaremos al punto donde se ubica un panel con una somera información del Convento Basilio del Santo Niño de Belén. Colgando de él y grabado en un corcho, la indicación del llamado ‘camino de Belén’. A partir de este momento abandonamos la pista y la ruta gana en belleza al internarse en el corazón del Valle de Belén. Unos metros más adelante alcanzaremos uno de los puntos más atractivos del recorrido, al cruzar el puente de madera sobre un pequeño arroyo rodeado todo ello de un frondoso bosque de madroños. Hay que decir que en ningún otro lugar de la Sierra de Francia hemos estado rodeados con tanta cantidad de ejemplares de esta especie como en el Valle de Belén.

Después de cruzar el puente subimos por unas escaleras de madera y comenzamos a remontar hasta los restos del convento de Belén. Caminaremos por un sendero que por momentos parecerá un túnel rodeado de vegetación donde el sonido del agua de algún arroyo cercano pondrá la perfecta banda sonora. Apenas nos tendremos que desviar unos metros para contemplar las ‘cenizas’ de lo que fue el Convento Basilio del Santo Niño de Belén. No hay constancia de la fecha en la que se construyó, aunque se cree que pudo ser en torno al año 1434. En aquel momento también se descubrió la imagen de la Virgen de la Peña de Francia que dio lugar al santuario que hoy se puede visitar en uno de los ‘techos’ de la provincia de Salamanca.
Volvemos sobre nuestros pasos para iniciar el tramo más duro del recorrido. Una constante ascensión de casi dos kilómetros con los madroños como los absolutos protagonistas. Hicimos la ruta en enero y muchos de ellos ya lucían sus inconfundible y deliciosos frutos rojos. Durante esta ascensión veremos a nuestra derecha un desvío para el llamado “mirador de Pilatos” (todo muy bíblico en esta ruta), que rehusamos tomar para continuar hacia adelante.
Durante el camino será obligado detenerse para contemplar las vistas dominadas por la Sierra del Castillo, en primer término, y la de Béjar, al fondo. Veremos otro indicador grabado en un corcho con el nombre de Horralera, dirección que tendremos que seguir haciendo un giro a la derecha. Un poco más adelante, y en una zona más tupida por la vegetación, nos toparemos con la Fuente Priana, de la que apenas manaba un hilo de agua fresca y totalmente cristalina
Apenas unos metros después de la Fuente Priana un puente de madera que salva un pequeño arroyo nos indica que hemos llegado al punto más elevado de la ruta, a casi 1.000 metros de altitud. Eso sí, llevaremos solo 5,8 kilómetros de los 13,8 que tiene el trazado. No podremos resistir la tentación de volver a pararnos para gozar de las mejores panorámicas de la Sierra de Béjar. Perfecto telón de fondo de un paisaje inmensamente verde donde incluso se intuye al fondo del curso del río Alagón y sus característicos meandros que sirven de frontera natural entre Salamanca y Cáceres.

Comenzamos a descender por una pista donde los madroños han cedido el protagonismo a los pinos y al matorral bajo. El elegante vuelo de los buitres nos acompaña mientras bajamos sin prisa, pero sin pausa y sin ninguna opción a equivocarse. El final del descenso lo marcará un cortafuegos que atraviesa el camino y donde nosotros hicimos un alto en el camino para comer. Es el kilómetro 10,2 de esta ruta por el Valle de Belén.
Con las casas de Herguijuela mostrándose a lo lejos tímidas entre la vegetación, giraremos en un cruce a la izquierda y, tras pasar al lado de una fuente, comenzaremos a subir de nuevo entre un paisaje completamente diferente. En esta ocasión son los robles y los helechos combinándose en armonía con los domos graníticos y esbozando una estampa puramente otoñal.

La subida concluirá cuando dejemos la pista que estamos siguiendo para tomar un sendero que saldrá a nuestra derecha y señalizado con hitos con los colores amarillo y blanco. Se trata de uno de los recorridos más sublimes que se pueden hacer en la Sierra de Francia, especialmente en otoño: la ruta que une La Alberca con Herguijuela de la Sierra. 9 kilómetros lineales que son una auténtica gozada y que se hacen en parte en la preciosa ruta de La Torrita y la Portilla Bejarana.
Bajaremos de forma incesante rodeados de inmensos robles. Es invierno y han perdido sus hojas para que sirvan de mullida alfombra. En algunos momentos estas frondas tapan las piedras de la antigua calzada, algo que nos obliga a extremar la precaución para evitar resbalones.

Los robles ceden el papel principal a los pinos mientras seguimos bajando hasta encontrar el desvío que nos lleva hasta una de las ‘catedrales vivas’ de la Sierra de Francia. Se trata del haya de Herguijuela. Un ejemplar de más de 400 años que es una muestra del bosque autóctono de este rincón de la provincia de Salamanca. Además es el haya más meridional que se puede encontrar en la península ibérica. Un árbol que aguantó las constantes heladas y nevadas que se sucedían hace décadas y que necesita de sombra y suelos frescos para crecer. Las hayas son auténticos seres fantásticos que en ocasiones parecen que tienen rostro y brazos y van a extraer sus raíces para echarse a andar. “¿Quién ha visto sin temblar, un hayedo en un pinar?”, escribió Antonio Machado y se recoge en el panel informativo de este ejemplar. Fue imposible no temblar ante tanta belleza y el contraste del cromatismo ocre del haya con el verde de los pinos.
Deshacemos lo andado para enfilar el regreso a Herguijuela de la Sierra. Nos quedará poco más de un kilómetro. La vista de pueblo ya no desaparecerá, ni tampoco la de la omnipresente Sierra de Béjar al fondo. Pasaremos por delante de uno de los molinos que poblaron la Sierra de Francia y que aprovechaban el agua de sus arroyos para moler la harina. Vestigios de un pasado no tan pasado y que ponen el colofón a una ruta por el Valle de Belén repleta de nostalgia, autenticidad y hermosura.


*  https://www.casasierrasalamanca.com/herguijuela-convento-belen

La primera parte de la ruta corresponde a un tramo del camino de la Fuente Mundo y esta señalizada con flechas y marcas. Pero lo dejaremos a pocos kilómetros para coger una pista y a partir de entonces, la ruta no tendrá señalización, quitando algunas indicaciones escritas en trozos de corcho, en las inmediaciones del convento de Belén.
Poco después, antes de llegar otra vez a la carretera, cogemos la senda a la izquierda (si seguimos de frente, tampoco pasa nada, giramos a la izquierda y seguimos la carretera)

 * https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/circular-entre-herguijuela-y-riomalo-de-abajo-por-belen-11090611

Ruta circular entre el pueblo de Herguijuela en la Sierra de Francia salmantina y Riomalo de Abajo en las Hurdes cacereñas, pasando por las ruinas del Convento del Santo Niño de Jesús de Belén. Al ser circular podemos comenzar tanto en la Herguijuela como en Riomalo.

Comenzamos saliendo por la parte alta del pueblo de La Herguijuela para tomar la pista, que ladeando la Sierra de la Orconera, nos llevará hasta el Convento del Santo Niño de Jesús de Belén. Según leemos en el panel informativo situado a la entrada del valle de Belén, dicho Convento estuvo regentado por los monjes Basilios que en el siglo VIII se asentaron en este valle, siendo uno de los primeros vestigios de la cristiandad en la zona. Un puente nos ayuda a cruzar el arroyo y un poco mas adelante encontramos las ruinas del convento.

Continuamos por sendero bien marcado para llegar a un cortafuego que abandonamos por la dcha. después de andar unos pocos metros por él y llegar a un segundo cortafuego que atravesamos. Descendemos siguiendo el sendero hasta encontrarnos con una pista que nos llevará hasta la carretera en la entrada de La Rebollosa.

La Rebollosa es un pequeño núcleo jurdano junto al río Ladrillar. Dejamos La Rebollosa por un pequeño sendero junto a la última casa del pueblo para, por la vereda del río Ladrillar, continuar hasta Riomalo de Abajo. Pueblo con todo tipo de servicios que bien merece una visita.

El regreso lo hacemos por la ladera de la Sierra del Castillo, por la otra margen del arroyo del Cabril, siguiendo el sendero PRSA-18 bien marcado. A mitad del recorrido nos encontramos con la fuente del Águila, un perfecto lugar para hacer un descanso.

* https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/circular-herguijuela-rebollosa-riomalo-de-abajo-parque-natural-de-las-batuecas-8834012

* https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/herguijuela-de-la-sierra-valle-de-belen-sierra-de-francia-11996738

Iniciamos la marcha en la Iglesia de Herguijuela saliendo por la calle del bar, siguiendo el PR-SA 18 en dirección a Fuente Mundo hasta el collado El Portillejo. Aquí cogemos la pista forestal que sale a nuestra derecha, cruzamos la carretera y continuamos atravesando el Valle de las Esposaderas hasta encontrar un pequeño indicador al Convento Basilio del Santo Niño de Belén. Un kilómetro más adelante encontramos un panel informativo y ya podemos vislumbrar las paredes del pequeño convento, aquí termina la pista y continuamos por una senda que nos llevará hasta el Arroyo de Belén. Cruzamos el arroyo por un pequeño puente de madera y seguimos la senda que nos lleva hasta las ruinas del Convento en una subida no muy pronunciada. Desde aquí seguiremos el sendero que nos lleva a la cabecera del Valle de Belén entre madroños. La senda nos deja en una pista forestal, giramos a la derecha, atravesamos otro pequeño puente de madera y continuamos el camino disfrutando de los paisajes que nos ofrecen la Sierra del Castillo y los meandros del Río Alagón. Pasamos por debajo de la Portilla Bejarana, la Halconera y la Orconera mientras bordeamos la cabecera del Valle de las Esposaderas. Atravesamos un cortafuegos y unos 150 m. más adelante desembocamos en otra pista. Más adelante giramos a la izquierda para adentrarnos en el bosque por un sendero empedrado que nos lleva hasta la señal indicativa del desvío al Haya Centenaria de la Herguijuela. Nos desviamos a la derecha para visitarla y volvemos sobre nuestros pasos para conocer las ruinas de un antiguo molino antes de regresar al pueblo.

* http://emilio-efrutashotmailes.blogspot.com/2015/10/valle-de-belen-herguijuela-de-la-sierra.html

* https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/circullar-valle-de-belen-herguijuela-de-la-sierra-sierra-de-francia-2914361

Convento de Belén

 * https://servicios.jcyl.es/Emcc/

               Interesante consultar en ese enlace, por si hubiera cacería en la zona de la ruta.

lunes, 22 de marzo de 2021

Villardiegua de la Ribera (Arribes del Duero. Zamora)


* https://viajeconpablo.com/ruta-villardiegua-de-la-ribera/

Las inconfundibles marcas rojas y blancas de la Senda del Duero nos guiarán en el primer tramo de esta ruta de senderismo de la Ribera de los Molinos y los miradores de Villardiegua de la Ribera. Caminaremos por un tramo de su etapa 23, la que une Villardiegua con Torregamones. Salimos del pueblo por la calle de San Roque acompañados de un paisaje de alcornoques y pequeños campos de cultivo dominados por los olivos. También veremos una de las constantes en el recorrido, las rocas graníticas que ayudaron a construir las cercas y que también se usaron para esculpir el famoso verraco vetón del pueblo bautizado como ‘La Mula’.

Es primavera y los piornos o retamas muestran su característico color amarillo que nos alegra la vista y estimula el olfato. Cuando llevamos un kilómetro y medio de ruta, dejamos el camino por el que veníamos y cruzamos una portera siguiendo las marcas de la Senda del Duero en dirección a Peña Redonda y Torregamones.

La belleza del recorrido se acrecienta, ya que marchamos por un sendero que transita en paralelo al arroyo del Pontón. Una ribera que despertó la atención de los romanos por la presencia de oro. Todavía se pueden contemplar las cazoletas, una especie de artesas hechas directamente en el granito que servían como morteros para triturar el mineral que se extraía. Posteriormente se lavaba la arena resultante con una batea para separar el oro.

Cruzamos el arroyo del Pontón por un pequeño puente de piedra y llegamos a una zona de antiguos molinos, algunos de los cuales se encuentran en un estado más que aceptable. Seguiremos sin pérdida alguna las indicaciones rojas y blancas de la Senda del Duero siendo necesario atravesar un par de porteras más que, como siempre, dejaremos cerradas.

Llevamos aproximadamente tres kilómetros de ruta y el sendero comienza a adentrarse en una zona abierta con matorral bajo donde predomina la lavanda y veremos algunas pequeñas charcas donde las aves toman su particular refrigerio. Dejamos otro puente a la derecha y el paisaje se vuelve por un momento más rocoso, para regresar al verde de los pastos. Saludamos a un grupo de vacas limusinas que pastan tranquilamente y volvemos a pasar una portera para seguir junto al arroyo entre rocas y matorral bajo. Cruzamos el arroyo del Pontón nuevamente por unas piedras para seguir avanzando junto a él.

El sendero desemboca en un camino. Giraremos a la izquierda siguiendo las indicaciones de la Senda del Duero para enfilar los últimos metros hasta Peña Redonda. Este trayecto habrá que deshacerlo posteriormente, pero no supondrá gran esfuerzo.

El sendero desemboca en un camino. Giraremos a la izquierda siguiendo las indicaciones de la Senda del Duero para enfilar los últimos metros hasta Peña Redonda. Este trayecto habrá que deshacerlo posteriormente, pero no supondrá gran esfuerzo.

Peña Redonda es, como su propio nombre indica, un gran domo circular de granito detrás del cual se avista el cañón del Duero en toda su plenitud. Al otro lado intuiremos las viviendas de la localidad portuguesa de Vale de Aguia. Antes de deleitarnos con las vistas, merece la pena detenerse un instante en los restos de la ermita de San Amede. El templo, del que apenas se intuye su estructura, se construyó a finales de la Edad Media y se mantuvo en pie hasta mediados del siglo XIX. Lo curioso es que la ermita de San Amede se valió de materiales del antiguo castro de Peña Redonda que data de la segunda Edad de Hierro y del que además procede el verraco vetón del que hablábamos al comienzo del post. En los trabajos de consolidación del templo se encontraron vestigios de épocas tan diversas como la propia segunda Edad de Hierro, la romana, la medieval y la moderna.

Después de Peña Redonda, la Senda del Duero continúa a la derecha hacia Torregamones y el mirador del Bolo la Torta. Pero nosotros volveremos sobre nuestros pasos hasta el cruce donde arranca el sendero de la Ribera de los Molinos. Nos despedimos de las marcas rojas y blancas para guiarnos ahora por las blancas y amarillas. Es sin duda el tramo de mayor belleza de todo el recorrido. Entre retamas y rocas graníticas nos vamos deslizando por una estrecha vereda al mismo tiempo que lo hace el arroyo del Pontón. Con el sonido del agua como perfecta banda sonora, vamos contemplando algunos de los molinos que aprovechaban cómo el agua se iba precipitando hacia el Duero para moler el trigo. En su día hubo una docena, pero actualmente se conservan en buen estado cinco de ellos y de otros cuatro se advierte parte de su estructura.

Esta fue una de las zonas más castigadas por el incendio de 2013, por eso se ha hecho un importante trabajo para recuperar la esencia del sendero. Para lograrlo se han instalado unos paneles interpretativos donde se cuentan fábulas que están protagonizadas por algunos de los animales que pueblan estos parajes del parque natural de las Arribes del Duero.

Después de leer un panel que cuenta el terrible incendio de 2013 y homenajea el coraje y la fuerza de Villardiegua de la Ribera, seguiremos bajando hasta llegar a un banco que podría rivalizar con el de Ortigueira como el más bonito del mundo. Un sencillo asiento de madera donde, una vez más, la embriagadora vista de las Arribes del Duero se muestra ante nosotros tal cual es. Cuando hicimos la ruta, las lluvias no habían sido demasiado generosas, más bien todo lo contrario. Pero si el año ha sido prolífico en precipitaciones, contemplaremos una pequeña cascada que forma el arroyo del Pontón junto a uno de los molinos.

Deshacemos unos metros lo andado para girar a la izquierda en un punto que por desgracia no está indicado. Os aconsejamos guiaros por el track de Wikiloc que acompaña a este post para salir de dudas, aunque se puede tomar como referencia el penúltimo molino que se encuentra antes de llegar al banco. El tramo de la ruta que comienza a partir de ahora no está señalizada, salvo por la presencia de algunos montoncitos de piedras. A pesar de eso, no ofrece dudas ya que apenas hay maleza. Eso sí, mejor ir ataviados con pantalón largo para evitar molestas rozaduras.

Avanzamos casi en línea recta en paralelo al curso del río Duero que intuiremos, aunque no alcanzaremos a ver. Tras cruzar un pequeño riachuelo llegamos a un camino que vuelve a estar señalizado, esta vez con marcas blancas y verdes. Giraremos a la izquierda para llegar hasta el último mirador de la ruta. Sobre una gran roca granítica saludaremos a nuestra querida Portugal. Concretamente a la ermita de São João das Arribas (San Juan de los Arribes), perteneciente al municipio de Miranda do Douro. Un templo con otro imponente mirador que tuvimos la oportunidad de visitar años atrás y que ahora veíamos desde el otro lado.

Deshacemos lo andado y seguimos por el sendero marcado en blanco y verde para regresar a Villardiegua de la Ribera. Una vez más veremos las consecuencias del incendio de 2013, ya que los paneles informativos de este tramo de la ruta están completamente calcinados y también algunos de los mástiles donde se indicaba. Poco a poco abandonamos el paisaje de retamas, lavandas y otros matorrales para regresar de nuevo a los pastizales. Cruzamos de nuevo una portera y, acompañados por los alcornoques, regresamos a Villardiegua sin ningún tipo de pérdida.


* https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/arribes-del-duero-villardiegua-de-la-ribera-12543155

Mapa de la ruta. unos 13 kms

*  https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/villardiegua-ruta-de-los-molinos-de-la-rivera-del-ponton-y-pena-redonda-66214821/photo-43747113

Ruta que parte del pueblo de Villardiegua y que sigue los cuatro primeros kilómetros la señalización del GR-14. Tras esos cuatro kilómetros hay que desviarse a la derecha para entrar a la ruta de los Molinos, señalizado con postes con rayas blancas y amarillas. En este recorrido podremos ver ocho molinos, la mayoría de ellos rehabilitados, en un entorno repleto de moles de granito y escobas. Al final de este recorrido se llega a un mirador de los Arribes del Duero.

Se deshace este camino hasta llegar adonde nos desviamos para iniciarlo, y desde allí se sigue recto hasta Peña Redonda.




Cazoletas para lavar el oro



* https://viajeconpablo.com/ruta-villardiegua-de-la-ribera/

Ruta de la Ribera de los Molinos y los miradores de Villardiegua de la Ribera (Arribes del Duero. Zamora). Dificultad: Fácil. Distancia: 12,7 kilómetros (circular). Duración: 4 horas aproximadamente.



LA SENDA DEL DUERO, ESCENARIO DEL PRIMER TRAMO DE LA RUTA POR VILLARDIEGUA DE LA RIBERA

Las inconfundibles marcas rojas y blancas de la Senda del Duero nos guiarán en el primer tramo de esta ruta de senderismo de la Ribera de los Molinos y los miradores de Villardiegua de la Ribera. Caminaremos por un tramo de su etapa 23, la que une Villardiegua con Torregamones. Salimos del pueblo por la calle de San Roque acompañados de un paisaje de alcornoques y pequeños campos de cultivo dominados por los olivos. También veremos una de las constantes en el recorrido, las rocas graníticas que ayudaron a construir las cercas y que también se usaron para esculpir el famoso verraco vetón del pueblo bautizado como ‘La Mula’.

Es primavera y los piornos o retamas muestran su característico color amarillo que nos alegra la vista y estimula el olfato. Cuando llevamos un kilómetro y medio de ruta, dejamos el camino por el que veníamos y cruzamos una portera siguiendo las marcas de la Senda del Duero en dirección a Peña Redonda y Torregamones.

La belleza del recorrido se acrecienta, ya que marchamos por un sendero que transita en paralelo al arroyo del Pontón. Una ribera que despertó la atención de los romanos por la presencia de oro. Todavía se pueden contemplar las cazoletas, una especie de artesas hechas directamente en el granito que servían como morteros para triturar el mineral que se extraía. Posteriormente se lavaba la arena resultante con una batea para separar el oro.

Cruzamos el arroyo del Pontón por un pequeño puente de piedra y llegamos a una zona de antiguos molinos, algunos de los cuales se encuentran en un estado más que aceptable. Seguiremos sin pérdida alguna las indicaciones rojas y blancas de la Senda del Duero siendo necesario atravesar un par de porteras más que, como siempre, dejaremos cerradas.

Llevamos aproximadamente tres kilómetros de ruta y el sendero comienza a adentrarse en una zona abierta con matorral bajo donde predomina la lavanda y veremos algunas pequeñas charcas donde las aves toman su particular refrigerio. Dejamos otro puente a la derecha y el paisaje se vuelve por un momento más rocoso, para regresar al verde de los pastos. Saludamos a un grupo de vacas limusinas que pastan tranquilamente y volvemos a pasar una portera para seguir junto al arroyo entre rocas y matorral bajo. Cruzamos el arroyo del Pontón nuevamente por unas piedras para seguir avanzando junto a él.

PEÑA REDONDA, IMPONENTE MIRADOR DE LAS ARRIBES DEL DUERO

El sendero desemboca en un camino. Giraremos a la izquierda siguiendo las indicaciones de la Senda del Duero para enfilar los últimos metros hasta Peña Redonda. Este trayecto habrá que deshacerlo posteriormente, pero no supondrá gran esfuerzo.

Peña Redonda es, como su propio nombre indica, un gran domo circular de granito detrás del cual se avista el cañón del Duero en toda su plenitud. Al otro lado intuiremos las viviendas de la localidad portuguesa de Vale de Aguia. Antes de deleitarnos con las vistas, merece la pena detenerse un instante en los restos de la ermita de San Amede. El templo, del que apenas se intuye su estructura, se construyó a finales de la Edad Media y se mantuvo en pie hasta mediados del siglo XIX. Lo curioso es que la ermita de San Amede se valió de materiales del antiguo castro de Peña Redonda que data de la segunda Edad de Hierro y del que además procede el verraco vetón del que hablábamos al comienzo del post. En los trabajos de consolidación del templo se encontraron vestigios de épocas tan diversas como la propia segunda Edad de Hierro, la romana, la medieval y la moderna.

La vista de los también llamados arribanzos zamoranos desde la Peña Redonda es conmovedora. Cuando nos asomamos al cañón del Duero la sensación en la misma. Aunque el río siempre sea el protagonista, cada zona tiene sus matices. Así lo podéis comprobar en una ruta por los miradores de las Arribes del Duero de Salamanca, Zamora y Portugal que recogimos en este post. Merece la pena pasar unos minutos contemplando esa postal en mitad de la paz más absoluta.

EL SENDERO ‘FABULOSO’ DE LA RIBERA DE LOS MOLINOS

Después de Peña Redonda, la Senda del Duero continúa a la derecha hacia Torregamones. Pero nosotros volveremos sobre nuestros pasos hasta el cruce donde arranca el sendero de la Ribera de los Molinos. Nos despedimos de las marcas rojas y blancas para guiarnos ahora por las blancas y amarillas. Es sin duda el tramo de mayor belleza de todo el recorrido. Entre retamas y rocas graníticas nos vamos deslizando por una estrecha vereda al mismo tiempo que lo hace el arroyo del Pontón. Con el sonido del agua como perfecta banda sonora, vamos contemplando algunos de los molinos que aprovechaban cómo el agua se iba precipitando hacia el Duero para moler el trigo. En su día hubo una docena, pero actualmente se conservan en buen estado cinco de ellos y de otros cuatro se advierte parte de su estructura.

Esta fue una de las zonas más castigadas por el incendio de 2013, por eso se ha hecho un importante trabajo para recuperar la esencia del sendero. Para lograrlo se han instalado unos paneles interpretativos donde se cuentan fábulas que están protagonizadas por algunos de los animales que pueblan estos parajes del parque natural de las Arribes del Duero.

Después de leer un panel que cuenta el terrible incendio de 2013 y homenajea el coraje y la fuerza de Villardiegua de la Ribera, seguiremos bajando hasta llegar a un banco que podría rivalizar con el de Ortigueira como el más bonito del mundo. Un sencillo asiento de madera donde, una vez más, la embriagadora vista de las Arribes del Duero se muestra ante nosotros tal cual es. Cuando hicimos la ruta, las lluvias no habían sido demasiado generosas, más bien todo lo contrario. Pero si el año ha sido prolífico en precipitaciones, contemplaremos una pequeña cascada que forma el arroyo del Pontón junto a uno de los molinos.

ÚLTIMO SALUDO A PORTUGAL Y REGRESO A VILLADIEGUA

Deshacemos unos metros lo andado para girar a la izquierda en un punto que por desgracia no está indicado. Os aconsejamos guiaros por el track de Wikiloc que acompaña a este post para salir de dudas, aunque se puede tomar como referencia el penúltimo molino que se encuentra antes de llegar al banco. El tramo de la ruta que comienza a partir de ahora no está señalizada, salvo por la presencia de algunos montoncitos de piedras. A pesar de eso, no ofrece dudas ya que apenas hay maleza. Eso sí, mejor ir ataviados con pantalón largo para evitar molestas rozaduras.

viernes, 19 de marzo de 2021

Ledesma. Puente Mocho. Salamanca

* https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ledesma-puente-mocho-36087453

Cómodo paseo entre la localidad de Ledesma y el puente Mocho, que atraviesa la ribera de Cañedo, en un paraje sumamente agradable.

Se llega allí por un buen camino entre encinas que no tiene pérdida, al que hace no tanto se sembró de inútiles señales de dirección totalmente prescindibles y de cartelitos que nos recuerdan cada pocos metros que no debemos salirnos del camino pues estamos en una propiedad particular.

El camino sigue más allá del puente, por lo que para evitar volver sobre nuestros pasos seguimos por él hasta llegar a la carretera que de Ledesma va a Peñausende. Por ella, y con cuidado volvimos a nuestro punto de partida. A pesar de ser una carretera fue un paseo tranquilo, únicamente nos cruzamos con cinco coches, si bien era un sábado por la tarde.

* https://www.terranostrum.es/senderismo/salamanca/las-arribes/ledesma/sendero-via-dalmacia

Distancia: 11,1 km

Punto de salida: Ledesma


Época recomendada: Todo el año

Esta ruta de senderismo une la localidad salmantina de Ledesma con la zamorana de Moraleja de Sayago, a través de la calzada romana Vía Dalmacia.

La mayor parte del sendero transita por una de las vías que históricamente sirvieron de base a los diferentes caminos que partían de la Tierra de Ledesma.

La ruta Blestisama Ocelo-Duri, que unía Coria con Zamora, o la Vía Dalmatia, una variante de la ruta de la Plata por la que, según la tradición popular, San Francisco de Asís viajó en su peregrinación hacia Portugal en el siglo XIII.

El primer tramo del recorrido atraviesa un bucólico valle, en este lugar encontramos el Puente Mocho, posiblemente de origen romano aunque modificado en época medieval. Pocos metros antes de llegar al puente observaremos los restos bien conservados de la calzada romana que unía Ledesma y Zamora.

El sendero prosigue por un camino adehesado entre encinas centenarias, a lo largo del mismo disfrutaremos con el avistamiento de la rica y variada fauna que habita en estos parajes.

Tras recorrer poco más de 11 km. entramos en Moraleja de Sayago.

* https://www.terranostrum.es/senderismo/salamanca/las-arribes/ledesma/sendero-puente-de-penaserracin

Esta ruta de senderismo transcurre por una da las antiguas vías pecuarias que unían Ledesma con el resto de la comarca. Distancia 10,70 Kms

La primera parte del sendero nos conduce hasta el Puente romano de Peñaserracín, de tres ojos y fabrica de granito y sillarejo. Al igual que el Puente Mocho, es uno de los vestigios que dejaron los romanos a su paso por estas tierras.

El sendero continua atravesando un paisaje de zonas adehesadas con diversas especies como la encina, escobas o tomillo y gran variedad de fauna, a la vez que se intercala con zonas de pasto para el ganado.

El final del trayecto recorre la margen del río Tormes, el bosque de ribera adquiere un protagonismo especial creando una explosión de vida. En estas aguas destaca la gran diversidad de aves y la existencia de nutrias.


 * https://mifamiliaviajera.com/puente-mocho-con-ninos-en-ledesma/?fbclid=IwAR1dBKrnds_HOBid1q4ArSzmpmLxhsNIRsyHIjaAz38Br1IDiis_oUOJeH4

Ledesma tiene el honor de ser considerado Uno de los Pueblos más Bonitos de España, y es el más cercano a Salamanca. Pasear por sus calles es dejarse sorprender por una gran riqueza cultural e histórica. A cada paso hay una casa señorial, un mirador hacia el Tormes, una iglesia, una fortificación o un arco que dejan patente la importancia de la villa a lo largo de la Historia.

Pero también cuenta con un gran patrimonio natural, ya que se considera la antesala a Las Arribes del Duero. Y entre sus joyas, se encuentra: Puente Mocho. Esta pasarela es una edificación de origen romano que formaba parte de una de las vías históricas más importantes que atravesaban la Tierra de Ledesma. Por aquí discurría la antigua calzada romana Bletisama Ocelo-Duri, que unía Coria con Zamora.

Llegar hasta este punto es sencillo y el recorrido merece la pena. Os animamos a visitarlo, sobre todo, en primavera, que es cuando muestra todo su esplendor.



* https://www.terranostrum.es/senderismo/salamanca/las-arribes/ledesma/sendero-playa-carnaceda

Bonita ruta de senderismo que recorre la ribera del Tormes a su paso por la localidad salmantina de Ledesma.

Desde la zona del Vado, salvando los puentes que comunican la Villa con el barrio de los Mesones, el camino discurre aguas arriba, pasando por la Playa de Carnaceda, para finalmente llegar a la antigua Aceña de Pedro Álvaro.

A lo largo de todo el recorrido disfrutaremos del típico paisaje de ribera en el que destaca la gran diversidad de especies de flora y fauna que alberga esta zona: sauces, alisos, chopos, fresnos, espadañas, carrizos, nutrias, ánades o garzas, entre otras muchas.

Además, se pueden contemplar los restos de viejas tenerías y antiguas aceñas que siglos atrás dieron trabajo en la villa a molineros, panaderos y curtidores.




jueves, 18 de marzo de 2021

Ruta del Oro en la Maragatería. León

 * https://www.terranostrum.es/turismo/la-ruta-del-oro

La Ruta del Oro es un recorrido por la Maragatería, a la sombra del Teleno, a través de la huella dejada por las minas de oro romanas.

Saliendo de Astorga se pasa por Murias de Rechivaldo, Castrillo de los Polvazares y El Ganso para llegar a Rabanal Viejo, donde se encuentra la primera de la explotaciones que se puede visitar, La Fucarona. Leer más»

Iglesia de Rabanal el Viejo

Desandando el camino hasta el primer cruce, se retoma la ruta jacobea hasta Rabanal del Camino que, además de su Iglesia de origen templario y de sus Ermitas, permite observar en la salida hacia Foncebadón una profunda corta minera, muy probablemente asistida por los canales que se observan en el alto y por la fuente cercana.

Continuamos en dirección contraria, girando a la derecha para llegar a Turienzo de los Caballeros, donde pueden observarse restos de explotaciones mineras intensivas las Médulas del Puntón y la Laguna Cernea (lugar pintoresco y emblemático), otras menores que pueden ser de origen igualmente romano La Pedrera y algunas previas a este época el Reguero del Valle del Oro y las Auranas.

Torre de Turienzo de los Caballeros

Santa Colomba de Somoza

Es indispensable también visitar la Torre de los Linajes del siglo XV, declarada Monumento Nacional. Su misión fue, entre otras, la de proteger a los peregrinos camino de Compostela. De planta rectangular y construida con mampostería, está distribuida en cuatro plantas más el so- tano, conteniendo diversas estancias en las que se recrean siglos pasados.

Volviendo sobre sus pasos y tomando la diestra en el cruce mencionado anteriormente, el viajero debe encaminarse ahora hacia Santa Colomba de Somoza para deleitarse con las casas de galerías, la Laguna Cernea y la Villa romana de El Soldán. Leer más»

Laguna Cernea

Molinaferrera

La siguiente parada tiene lugar en Pedredo, que cuenta en sus inmediaciones con restos de explotaciones mineras y de un castro, probablemente de origen prerromano, El Castro de Pedredo. Leer más»


De nuevo hay que dar media vuelta para tomar en Santa Colomba la carretera que lleva a Lucillo y posteriormente a Molinaferrera, ya en las faldas del Teleno.

Se vuelve a Lucillo y se pasa por Filiel, lugar en que el Duerna y los canales de drenaje de oro marcan el camino que conduce a Boisán. Aquí puede verse un ancestral molino de agua junto al puente, un palacete del siglo XVII y varios castros donde sobre uno de ellos, está situada la Iglesia.


Quintanilla de Somoza

Mina de oro de Fucochicos

La carretera cruza el río, atraviesa Quintanilla de Somoza y Luyego de Somoza y, tras girar a la derecha, alcanza las explotaciones llevadas a cabo cerca del Duerna, que dos kilómetros más adelante desembocan en la impresionante Mina de oro de Fucochicos. Leer más»


Este paraje marca el regreso al punto de partida, que requiere seguir por la izquierda en el próximo cruce, en dirección a Villar de Golfer. Los restos de un Torreón identifican Lagunas de Somoza, al igual que una forja artesanal hace lo propio con Valdespino unos kilómetros después.

Torreón - Lagunas de Somoza

Santiago Millas

Museo Arriero - Santiago Millas

Santiago Millas y su inacabada urbanización arriera de Santiago Alonso Cordero, constituyen la penúltima parada, puesto que ya sólo resta visitar la industria textil de Val de San Lorenzo, para retornar definitivamente a Astorga.

* https://www.terranostrum.es/turismo/leon/montanas-del-teleno/castrillo-de-los-polvazares/un-paseo-por-astorga

La bimilenaria ciudad de Astorga, cabecera administrativa de la comarca de la Maragatería, rebosa historia en cada calle, plaza y esquina que se esconde dentro su muralla.

Toda una serie de acontecimientos históricos que han dejado su huella; desde sus orígenes como campamento militar romano y posterior urbe encargada de la gestión de las explotaciones de oro del noroeste de la provincia, pasando por la consolidación del Cristianismo, que dio lugar a la extensa diócesis que hoy conocemos; el auge del Camino de Santiago y la creación del marquesado de Astorga en la Baja Edad Media y en el s. XIX la llegada del ferrocarril, el desarrollo de importantes industrias chocolateras y el comienzo de la construcción de uno de sus edificios más relevantes, el Palacio Episcopal.

La Ruta Romana es la mejor manera de conocer el pasado romano de Astorga. Partiendo del Museo Romano y a través de una visita guiada, es posible conocer los restos arqueológicos que se han conservado en el centro histórico y que dan forma a uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad.

Hace un recorrido por el Foso, que formaba parte del sistema defensivo del campamento; las Termas Menores, El Aedes Augusti, templo dedicado a la memoria del emperador y punto de reunión de la curia, así como los restos del pórtico de la zona sur.

La Ruta se completa con el recorrido por el interior de un tramo del sistema de cloacas y la visita a una lujosa casa, cuyo propietario podría pertenecer a uno de los grupos sociales más importantes de Asturica Augusta. Y para finalizar, podremos recorrer la muralla, construida a finales del siglo III d.C.

Una muestra interesante del patrimonio material que se ha recuperado de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la ciudad y alrededores la encontramos en el Museo Romano. Erigido sobre un impresionante pórtico abovedado, conocido como la 'Ergastula' que formaba parte de una construcción monumental ubicada en el foro de la ciudad antigua.

El museo alberga una importante colección epigráfica donde destacan diferentes lápidas funerarias, así como las pinturas pompeyanas descubiertas a mediados del siglo pasado. La numismática romana está representada por un áureo del emperador Tiberio y un tesorillo de denarios. Colección que se ve completada con piezas de cerámica y joyas del ajuar masculino y femenino.

Muy cerca del Museo Romano se encuentra la Plaza Mayor, asentada sobre una parte del antiguo foro romano y que lleva siendo plaza pública desde hace más de 2.000 años. Espacio porticado de encuentro de los astorganos, cobra especial vida cada martes con la celebración del mercado desde la época medieval.

Presidiéndola se encuentra el Ayuntamiento con su fachada típica del barroco civil leonés. En lo alto del consistorio el reloj marca los tiempos de la ciudad flaqueado por los famosos maragatos Juan Zancuda y Colasa, que desde el siglo XVIII golpean la campana con las señales horarias.

En el entorno de la catedral se concentran varios edificios sumamente interesantes. La propia Catedral de Santa María, cuya construcción se inició en el año 1471 con la remodelación de la antigua catedral románica que ya existía.

En ella destacan la fachada renacentista de los Obispos, la principal de estilo barroco, el retablo Mayor, las imágenes de la Virgen de la Majestad y la Inmaculada, sin olvidarnos de la sillería del Coro y el retablo hispano flamenco de San Miguel.

En su interior, el Museo Catedralicio guarda una interesante y variada colección de arte sacro que incluye pintura, escultura, orfebrería religiosa, así como vestimenta y ornamentos litúrgicos.

Al otro lado de la calle está el reconocido Palacio Episcopal, obra de Antoni Gaudí. Se trata de una de los tres edificios que proyectó fuera de Cataluña y fue mandado construir por el obispo Juan Bautista Grau Vallespinós encargándoselo a su amigo, el arquitecto catalán. Proyecto que Gaudí abandono tras la repentina muerte del obispo, siendo retomadas las obras el año 1913 por el arquitecto Ricardo García Guereta.

Si el exterior impresiona, el interior no lo hace menos, siendo una auténtica maravilla en la que destacan los trabajos al fresco del pintor Fernado Villodas, las vidrieras del maestro francés José Maumejean y las esculturas del artista Enrique Martín.

Este notable edificio alberga desde 1964 el Museo de los Caminos, donde se exponen numerosas y destacadas piezas procedentes de la Diócesis de Astorga, y que van desde la prehistoria pasando por la epigrafía y numismática romana y el arte religioso hasta obras contemporáneas.

Uno de los motores económicos de Astorga a finales del siglo XIX y principios del XX fueron las industrias chocolateras que algunos visionarios pusieron en marcha, y que todavía hoy sirve de sustento para diversas familias.

La importancia del sector chocolatero en Astorga se ve reflejado en el hecho de que en 1925 existían en la ciudad un total de 51 fábricas, algunas de ellas, de las más importantes de España. Tradición que tiene su espacio propio en forma de Museo del Chocolate ubicado en un palacete de principios del siglo XX que fue residencia, almacén y fábrica del chocolatero D. Magín Rubio.

No podemos abandonar estas tierras sin hacer una visita a la pequeña población de Castrillo de los Polvazares. Situada a pocos kilómetros de Astorga, es, sin ningún género de duda, una de las poblaciones más genuinas y atractivas de la Maragatería y de toda la provincia de León.

Declarado Conjunto Histórico, es una magnífica muestra de la arquitectura popular arriera, en cuya tipología destacan los grandes portalones necesarios para permitir el paso de los carros con los bueyes y que daban acceso a un gran patio. Macizas construcciones de piedra con galerías de madera pintadas en color verde, al igual que puertas y ventanas, y rematadas con un marco blanco que las rodea.

* https://www.terranostrum.es/turismo/leon/montanas-del-teleno/castrillo-de-los-polvazares/un-paseo-por-castrillo-de-los-polvazares

Castrillo de los Polvazares, población situada a escasos 7 kilómetros de Astorga, es una de las paradas obligadas en la ruta del Camino de Santiago Francés.

El origen del pueblo ya aparece en su nombre, pues éste estuvo ligado a dos castros cercanos el Castro de San Martino y el Castro de la Mesa, este último habitado desde la Edad de Bronce.

En el siglo XVI se desarrolló en el pueblo la arriería; los maragatos, como se conoce a todos los habitantes de la comarca, eran comerciantes dedicados al transporte de mercancías por toda la península, varias de sus rutas comerciales conectaban las costas del noroeste con toda la zona centro y ambas mesetas.

Los distintos alimentos y  productos gastronómicos que trasladaban los arrieros a lo largo de estas rutas, conformaron la singular cocina maragata actual, algunos ejemplos destacables son los salazones de pescado, el pulpo, el pimentón, el aceite de oliva, la cecina, las mantecadas o incluso el chocolate.

Estas amplias redes comerciales trajeron una notable prosperidad económica a Castrillo de los Polvazares que perduró hasta bien entrado el siglo XIX; la llegada del ferrocarril a Astorga en 1866 supuso el fin de la actividad arriera y de todo un modo de vida relacionado con ella.

Turismo Castrillo de los Polvazares

Comarca: Montañas del Teleno

QUÉ VER EN CASTRILLO DE LOS POLVAZARES - LEÓN

Castrillo de los Polvazares, población situada a escasos 7 kilómetros de Astorga, es una de las paradas obligadas en la ruta del Camino de Santiago Francés.

El origen del pueblo ya aparece en su nombre, pues éste estuvo ligado a dos castros cercanos el Castro de San Martino y el Castro de la Mesa, este último habitado desde la Edad de Bronce.

Qué ver en Castrillo de los Polvazares

Arrieros Maragatos

En el siglo XVI se desarrolló en el pueblo la arriería; los maragatos, como se conoce a todos los habitantes de la comarca, eran comerciantes dedicados al transporte de mercancías por toda la península, varias de sus rutas comerciales conectaban las costas del noroeste con toda la zona centro y ambas mesetas.

Los distintos alimentos y  productos gastronómicos que trasladaban los arrieros a lo largo de estas rutas, conformaron la singular cocina maragata actual, algunos ejemplos destacables son los salazones de pescado, el pulpo, el pimentón, el aceite de oliva, la cecina, las mantecadas o incluso el chocolate.

Estas amplias redes comerciales trajeron una notable prosperidad económica a Castrillo de los Polvazares que perduró hasta bien entrado el siglo XIX; la llegada del ferrocarril a Astorga en 1866 supuso el fin de la actividad arriera y de todo un modo de vida relacionado con ella.

Comarca Maragatería

Arquitectura Castrillo de los Polvazares




Pueblos Maragatos

Al acceder al pueblo encontramos, salvando el cauce del río Jerga, un pequeño puente de piedra por el que pasaba el antiguo camino romano hacia el puerto de Foncebadón.

El centro histórico del pueblo fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1980; en el destacan sus calles que están empedradas en su totalidad, con la Calle Real como eje central, en el siglo XVIII, y debido al intenso tráfico de carros y animales de tiro que soportaba, esta fue la primera calle que se empedró.

Las casas tradicionales están construidas siguiendo las necesidades de sus moradores, las hay de labradores y de arrieros.

Las viviendas se distinguen por sus sobrias fachadas de piedra, sus portadas adinteladas o con arcos de medio punto, sus grandes puertas de paso, adecuadas para los carros arrieros, sus patios interiores con almacenes en torno a ellos, sus galerías abiertas, sus cuadras y bodegas; todas las casas presentan cubiertas de teja y aleros de madera.

Dentro del pueblo podemos encontrar la Iglesia parroquial de Santa María Magdalena, construida en el siglo XVIII, cuenta con una torre con campanario, y está situada en la plaza con el busto dedicado a la escritora Concha Espina, quien visitó Castrillo de los Polvazares en 1912 para documentarse, pues estaba preparando su novela ‘La Esfinge Maragata’.

En los alrededores del pueblo se encuentra la ruta del Prado de San Juan, un agradable paseo por bosques y prados cercanos al pueblo. Otro lugar de interés es el pequeño Parque de Castrillo, que está situado en la ribera del río, y es una agradable zona verde que recibe a visitantes y peregrinos.

RUTAS DE SENDERISMO

* https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ruta-circular-el-sierro-rabanal-del-camino-la-maluenga-rabanal-viejo-rabanal-del-camino-49210402



* https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ruta-circular-el-sierro-rabanal-del-camino-la-maluenga-rabanal-viejo-rabanal-del-camino-49210402

* https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/santa-colomba-de-somoza-turienzo-de-los-caballeros-50338179


* https://vivecamino.com/etapas/astorga-foncebadon/

Alojamiento:

* https://casaindie.com/




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