Domingueros Viti

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Despacio, despacio...Vivir deprisa no es vivir, es sobrevivir.

viernes, 7 de mayo de 2021

Castonuño. Valladolid. Ruta de los almendros. Meandro río Duero

 * https://siempredepaso.es/la-senda-de-los-almendros-un-paseo-a-pie-por-las-riberas-de-castronuno-valladolid

Si no fuera porque el Duero es mucho río para que le acongoje un castillo cualquiera, parecería que cuando llega al enclave donde se recorta la silueta de la localidad vallisoletana de Castronuño, recula. Claro que ese giro de noventa grados, trazado como con cartabón a los pies del cerro de La Muela, también puede verse como un gracioso corte de mangas. Y aunque está claro que el derrotero de los ríos no se explica con metáforas de cuento, a la vista de la historia de esta localidad, estas dos suposiciones podrían encajarse perfectamente.

Como también es único en la provincia el espacio natural protegido que lleva por nombre Riberas de Castronuño-Vega del Duero. Según los expertos, la importancia de este enclave natural, que tiene al río como eje vertebrador, deriva de la biodiversidad que encuentra cobijo en la franja vegetal que orla ambas orillas del Duero. Y como todo tiene su historia, resulta que esta variedad vegetal y animal que ha hecho de esta marcada curva fluvial su casa es consecuencia, a su vez, de la construcción del embalse de San José, inaugurado en 1945. A pesar de sus pequeñas dimensiones, 6 hm3 de agua y una lámina superficial de 250 hectáreas, la consecuente regulación del caudal en este punto del río ha propiciado el desarrollo de extensos carrizales y choperas en ambas márgenes. Y es precisamente entre esos carrizales y choperas en los que una valiosa variedad de animales encuentran oportuno refugio.


La Senda de los Almendros
Esta de ahora es buena para dar un garbeo por la llamada Senda de los Almendros, breve y señalizada en el entorno de la localidad y muy apropiada para conocer de primera mano algunos de los rasgos distintivos de la reserva. Como el comienzo hay que buscarlo en la misma Casa de la Reserva, lo primero a disfrutar serán las vistas que desde lo alto de este cerro de La Muela se tienen del embalse, del codo que dibuja el río, del impresionante encinar que se atisba por la orilla de enfrente y del extenso bosque de galería que arropa el discurrir del río a su paso por Castronuño.

La senda, que comparte casi la mitad de su recorrido con la señalización del GR.14, enseguida empieza el descenso hacia la orilla izquierda del río mientras ofrece una nueva oportunidad de asomarse al paisaje en un mirador que apunta hacia la presa del embalse. Después, pero antes de llegar a la orilla, pasa junto a los primeros almendros del paseo. Ya abajo, el sendero se sumerge de golpe en un denso túnel forestal que da idea de la variedad y riqueza vegetal que se apiña en unos pocos metros de orilla (zarzas, sauces, higueras, olmos, álamos, alisos…), con su consiguiente jolgorio ornítico. Es el sendero que, entre añosos álamos, alcanza el lugar en el que los lugareños, convertidos en pescadores por pura adaptación al medio y por demostrar que este recodo del Duero es pródigo en vida dentro y fuera y del agua, atracaban sus barcas al acabar la faena. Hoy sigue conservando un cierto aire de muelle lacustre gracias a las pasarelas de madera que facilitan el acceso hasta la caseta de observación ornitológica, justo en la desembocadura del arroyo del Puente.

Tras el observatorio, el sendero corre a encajornarse entre la carretera CL-602 y el río hasta topar con la desembocadura del arroyo Mucientes. Aquí toca despedirse del GR.14 y cruzar la carretera para alejarse de la orilla mientras se remonta el curso enmarañado de este arroyo. Sin cruzarlo en ningún momento, una señal de madera indica el momento de abandonar la vaguada para remontar la pendiente arenosa que queda a la izquierda. Como si se viajara de un planeta a otro, arriba ya despunta el pinar y el aire huele a tomillo. Una pequeña meseta sirve otra vez de asomadero.
En el límite del pinar volvemos a ver almendros, aunque que hay recorrer tan solo unos metros más por el camino que se dirige hacia el pueblo para pasar junto a los más longevos, tal vez hasta centenarios. Algo más abajo el camino conecta con una pista que, tomada hacia la izquierda, desemboca de nuevo en la carretera. Si se cruza, se llega al observatorio desde donde ya es obvia la subida a La Muela por el mismo camino que recorrían los pescadores del río y sus burros tras acabar la faena.

LA SENDA DE LOS ALMENDROS. Recorrido circular con principio y fin en la Casa de la Reserva. Tiene una longitud de unos 4 km que pueden hacerse en unas dos horas. Escasa dificultad y un par de repechos cortos pero algo fuertes. Comparte señalización con el GR.14 hasta alcanzar el arroyo Mucientes. Después la señalización es bastante deficiente aunque se intuye bastante bien el camino a seguir. FOLLETO DEL RECORRIDO EN PDF.

INFORMACIÓN. Casa de la Reserva, tel. 983 86 62 15.

* https://www.terranostrum.es/senderismo/valladolid/montes-torozos/castronuno/1

* https://www.terranostrum.es/senderismo/valladolid/montes-torozos/castronuno/senda-de-los-pescadores-castronuno

* Realizamos 2 de las rutas: La Senda de los Almendros y la Senda de los Pescadores

* https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/reserva-natural-de-las-riberas-de-castronuno-vega-del-duero-valladolid-53964099

Ruta circular que comienza en el mirador de La Muela.

El primer tramo forma parte de la Senda de los Almendros y está muy bien señalizado, con miradores de aves a lo largo de ella. Una vez que se llega a la carretera, se sigue caminando paralelos a ella (dejándola a nuestra izquierda), hasta llegar a la Presa de San José. Continuamos caminando por la carretera de la presa mientras nos deleitamos con la observación de algunas aves. Una vez que cruzamos la presa, giramos por el camino de la derecha, siguiendo el margen del río Duero. Tras caminar unos metros, nos encontramos con la zona deportivo-social de pesca, la cual transitamos hasta llegar al merendero (hay tres mesas con bancos). Desde allí, caminamos a lo largo de la vía de tren (mucha precaución por si viene algún tren puesto que las vías sí que funcionan aunque el edificio esté abandonado) hasta la antigua estación de ferrocarril e iniciamos el retorno a Castronuño por la otra orilla del río, la cual no tiene nada de sombra, a diferencia del primer tramo.

* https://medioambiente.jcyl.es/web/es/medio-natural/riberas-castronunovega-duero-valladolid.html

Las Riberas de Castronuño aparecen como un espacio natural situado al centrooeste de la provincia de Valladolid y cuyo territorio engloba el tramo del río Duero comprendido entre las localidades de Tordesillas y Castronuño. En esta última localidad se encuentra, además, el embalse de San José. Las riberas de Castronuño constituyen un emblemático ecosistema palustre que destaca por su importancia para la nidificación y como zona de invernada de muchas y variadas aves acuáticas.

Un interesante bosque de ribera, formado principalmente por chopo negro, sauce, álamo blanco, fresno y majuelo, acompaña al río en su sinuoso discurrir por la llanura sedimentarla.

Además de embellecer el paisaje, esta formación rupícola sirve de refugio y protección a una gran cantidad de aves, entre las que destacan las importantes colonias de garza real, martinete y garceta común.

En Castronuño también tienen sus refugios invernales una gran cantidad de ánades reales, patos cucharas, porrones comunes, porrones moñudos y cormoranes. Aguas arriba de Castronuño se localiza la interesante localidad de Tordesillas. Villa repleta de conventos, iglesias, palacios y hospitales, entre sus muros se firmaron un importante tratado por el que castellanos y portugueses se repartieron el dominio del mundo de finales del siglo XV.

Un días precioso, con lluvia fína, permitiéndonos disfrutar de colores y olores increíbles, además de un remanso de paz precioso. Y lo más destacable fueron la diversidad de cantos de aves, en un lugar ideal para pasear en primavera, por la variedad vegetal: almendros, pinos, encinas, espino albar, higueras, saucos, alamos, chopos, carrizal, fresnos...

 Tuvimos la suerte de encontrarnos a Valentín, más bien, nos encontró él, para recitarnos una preciosa poesía sobre el paisajes y Castronuño. Senda de los Almendros y Senda de los Pescadores. En lo alto del pueblo, se encuentra la Casa del Parque, la preciosa Iglesia y unas vistas del Meandro del Duero.

Una pastelería, confitería, que en breve, abrirá en un lugar privilegiado su nuevo local, con cafetería.