Nosotros no completaremos la vuelta, al llegar a la Ermita, regresamos a Pereña por la pista encementada, porque los caminos de concentración son menos atractivos.
Desde la Plaza de España de Pereña de la Ribera, donde se encuentran la iglesia y el ayuntamiento, y justo a la derecha de éste, nace el camino, bajo un pórtico de piedra, que nos llevará hasta la cascada del Pozo Airón y al mirador del meandro del Duero. Recién pasado el pórtico, nos encontramos con un cartel a nuestra derecha que nos indica la ruta, y un poco más adelante y a la izquierda, la primera baliza, justo antes de abandonar la pista de cemento, convirtiéndose en camino forestal.
Esta pista va descendiendo en todo momento hacia el arroyo de los Cuernos, poco antes de su desembocadura en el Duero. En poco más de 2km nos encontramos la bifurcación. A nuestra derecha, nace una senda muy empinada que nos llevará hasta el Pozo Airón, pudiendo disfrutar del paisaje y del refrescante salto de agua, incluso desde detrás del velo de agua, gracias al abrigo que nace en la roca. Retomamos nuestros pasos hacia la pista forestal y en la bifurcación continuamos por el camino que llevábamos hacia el mirador.
Una ruta que recorre buena parte de los atractivos naturales del municipio de Pereña, todos ellos ligados a la cercanía de los Arribes del Dueño.
Bajamos en primer lugar al Arenal, una zona de baño en el Duero. Aprovechando en parte el Gr que pasa por la zona y desviándonos por una ruta que está señalizada.
Una vez allí volvimos sobre nuestros pasos para, abrochado a media ladera, llegar al sendero que nos lleva hacia la ermita de Nuestra Señora del Castillo, a la que no subimos por el sendero que lleva allí directamente, sino por el que va por los Portillos y que permite disfrutar de una grandes vistas del Duero. Es una subida con alguna fuerte pendiente pero que vale la pena. Una vez arriba iremos hacia la ermita, un antiguo castro cristianización, que guarda una de las imágenes de mayor devoción de la zona, situada en un paraje muy bonito también sobre el río, sobre el que hay un gran balcón.
De nuevo abrochado fuimos hasta el Pozo Airón para gozar de esas bonitas cascadas, y desde allí volver a Pereña.
Si alguien quiere hacer esta ruta ha de tener en cuenta que tiene una cierta dureza, especialmente en las partes en que no hay caminos, y que hay algún momento, pocos, en los que hemos tenido que saltar algún cercado.
