Domingueros Viti

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Despacio, despacio...Vivir deprisa no es vivir, es sobrevivir.

miércoles, 28 de diciembre de 2022

Molinos por el castro de Yecla la Vieja. Salamanca

 Dejamos el coche en el parking del Castro de Yecla la Vieja, en Yecla de Yeltes.

Comenzamos la ruta bajando hacia el puente, por la calzada romana y continuamos por una senda, a la derecha, que nos lleva al Molino del Varlaña, siguiendo el arroyo, está el otro molino, mucho más impresionante y cerca del lugar donde desemboca en el río Huebra. 

Subiendo hacia un alto rocoso, nos encontramos unas vistas espectaculares del río Huebra y sus arribes. Por antiguos callejones accedemos hacia el castro y también siguiendo otro de estos callejones entre paredes de piedra, llegamos a la orilla del río Huebra. Desde donde cogemos el cauce de un arroyo y nos encontramos con más molinos.

Y si bajamos por otros caminos hacia Gema, nos encontramos también con 2 molinos más, con el techo en forma de arcos, realizados en cantería de granito.

¡Es una lástima, que acaben perdiéndose! Están en muy mal estado.

Esta ruta se puede alargar para ver otros molinos, ya en el río Huebra.

* https://salamancartvaldia.es/noticia/2021-02-06-yecla-de-yeltes-los-caminos-del-agua-17069

Las lluvias de estos días embellecen los pueblos de las Arribes, todos ellos surcados por arroyos y regatos mil que buscan la pendiente del terreno, para entregar a los ríos lo que la tierra recibe en exceso, un acto recíproco entre el cielo, la tierra y los ríos, y en el que el agua se erige como elemento fundamental para la vida.

Además de por su historia, y por estar en posesión de los restos de la cultura vetona mejor conservados de Europa, Yecla de Yeltes también tiene su encanto en torno al agua. Aunque desaparecidos sus molinos y hasta un batán, como documenta Madoz en su famoso Diccionario Geográfico, Yecla de Yeltes suma estos días un nuevo encanto.

Ver discurrir el agua en el regato que acaricia su casco urbano y descubrir junto a él los antiguos lavaderos, uno de los caños que dieron de beber a sus gentes y a su ganado, junto con dos pequeñas puentes de piedra para cruzarlo, hace que nuestra mente regrese unas cuantas décadas atrás y ponga personajes a cada uno de estos rincones, también a los potros para el herraje de vacas y caballerías.

Pero además de sus arroyos, los vecinos de Yecla de Yeltes tienen el privilegio de vivir rodeados por dos ríos, el Huebra y el Yeltes, pues no en vano ambos juntan aquí sus aguas con el término también de Bogajo. Y aunque el Yeltes fue el río principal hasta hace 200 años, el Huebra, no se sabe muy bien por qué, ganó la batalla en los libros y mapas de geográficos, dejando al Yeltes en un segundo plano y huérfanas a dos de las localidades que llevan su nombre de apellido.

Precisamente, otro de los puntos de interés, además de la antigua fábrica de harinas en su pedanía de Gema de Yeltes, es el puente de los siete ojos, construcción que se asienta ahora sobre el curso del Huebra, solo uno pocos cientos de metros por debajo de la unión de los dos ríos y donde estos días se observa la fuerza el agua, capaz de mover a más de una docena de molinos que se ubicaban en su curso hasta su desembocadura en el Duero, entre Saucelle e Hinojosa de Duero, y de los que hoy solo quedan sus ruinas.




























* https://www.terranostrum.es/senderismo/ruta-de-los-castros-camino-de-los-vados-del-rio-huebra



Ruta de longitud media pero muy cómoda. El inconveniente es la imposibilidad de cruzar el río en época de grandes crecidas. Este camino atraviesa zonas incluidas en el Área Crítica para la Cigüeña Negra. Distancia: 17 km

Por viejas rutas, hoy ensanchadas, conocemos la diversidad del paisaje y dos vados muy distintos del Río Huebra. El Vao Abajo se halla casi intacto, con su pontones de piedra y su calzada, también empedrada bajo el río.

Partiendo de Yecla de Yeltes este camino permite una mirada amplia a las tierras de Yecla de Yeltes. Nos lleva entre paredes de piedra, por decenas de chozos, junto a lagunas y charcas, entre molinos y vados con pontones o alineaciones de grandes piedras.

Las dehesas ocupan una parte extensa del paisaje, con encinas y robles rebollos, buen hábitat para varias especies de aves como el gorrión chillón, el pinzón vulgar o el carbonero común.

En las lagunas y en el Vao de Arriba tal vez sorprendamos a algún ánade azulón, al andarríos grande o al cormorán. Pasamos también junto a una fundición de arsénico abandonada a mediados del siglo XX.

El lugar de la pontones del Vao Bajo muestra un clima más benigno, con especies propias de las arribes, como el arce menor. Debemos cruzar por esta pontones, hecha con unas 150 piedras. Nos espera un tramo de calzada empedrada, y luego seguimos hasta Yecla entre parcelas de pastos.