* https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/gr-14-etapas-41-y-42-senda-del-duero-hinojosa-de-duero-barca-dalva-arribes-del-duero-16-mar-2019-34194833
La ruta GR14 en sus tramos 41 y 42 combina dos secciones: la Etapa 41 (Hinojosa del Duero a La Fregeneda) atraviesa senderos estrechos y cañones del Arroyo de Froya, y la Etapa 42 (La Fregeneda a Vega Terrón) se caracteriza por el descenso a los Arribes del Duero y la caminata por la vía del tren abandonada hasta llegar al muelle fluvial. Esta ruta es parte de la Senda del Duero, un itinerario de 755 kilómetros que sigue el río Duero hasta Portugal.
Etapa 41: Hinojosa del Duero a La Fregeneda
Inicio: El recorrido empieza en Hinojosa de Duero.
Camino de la Cabrita: Se toma el Camino de la Cabrita, una vereda estrecha que desciende por un paisaje bucólico entre cercados de piedra.
Arroyo de Froya: El sendero transita por la ribera del Arroyo de Froya, una zona rica en vegetación y vida animal.
Llegada: La etapa finaliza en La Fregeneda.
Una preciosa ruta lineal, con salida en Hinojosa del Duero, donde tomaremos un buen desayuno en el bar de Esmeralda (647 29 46 46) Bar La Luna.
En La Fregeneda tomaremos un tentempie y comeremos en Valicobo. Para terminar en el muelle de Vega Terron, las cañitas de fin de la ruta.
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De Hinojosa de Duero a La Fregeneda | 7 Km. – 1 h. 40 min.
La localidad de Hinojosa de Duero, punto de partida de la etapa, se halla situada en El Abadengo, la bella comarca salmantina que se extiende entre el Río Huebra y el Río Águeda. Célebre por la calidad de sus quesos, elaborados con leche cruda de oveja, el casar de Hinojosa de Duero se levanta sobre la falda meridional del Cerro de San Pedro, desde cuya cima la ermita románico-bizantina del Cristo de la Misericordia domina la penillanura y los arribes del Río Duero y del Río Huebra. El pueblo aún conserva el tipismo de sus viejas casonas enfoscadas, con sus portalones y tejadillos, erigidas en torno a la Iglesia de San Pedro Apóstol, un extraordinario edificio gótico del siglo XVI.
La Fuente de la Cabrita
Siguiendo el trazado de un amplio camino agrícola situado al suroeste de la población, la Senda del Duero abandona el pueblo de Hinojosa de Duero en dirección noroeste. Tras pasar la Fuente de Atrás, una hermosa fuente abovedada probablemente de origen romano, la pista se bifurca y continúa por el Camino de la Cabrita, una estrecha vereda que desciende hacia la rivera del Arroyo de Froya.
Encajonado entre cercados de piedra, el Camino Natural transita por un bucólico paraje de gran belleza y quietud. Durante la primavera, las escobas (Cytisus sp.), los cantuesos (Lavandula stoechas) y una extraordinaria variedad de flores colorean las vastas praderías impregnando el aire de sutiles fragancias. En cambio, durante el verano la sombra que ofrecen las dehesas de encina (Quercus ilex) serán un preciado regalo para el viajero.
El trazado llega a la Fuente de la Cabrita cuyo pilón riega y da vida a una frondosa pradera donde anfibios como el sapo corredor (Bufo calamita) o el sapo espuelas (Pelobates cultripes) encuentran un hábitat ideal para vivir. Después, el itinerario alcanza una amplia rodera pero, rápidamente retorna al estrecho callejo por la antigua Hoja de la Ribera, una de las tres que había en Hinojosa de Duero siguiendo el Camino de la Cabrita.
El Arroyo de Froya
La vereda transcurre por un apacible paraje de naturaleza exuberante donde será fácil escuchar el tosco sonido de los cencerros agitados por el manso cabeceo de las reses que, sosegadamente, pacen en las praderías. Después de un suave descenso, la Senda del Duero abandona el Camino de La Cabrita y llega al Arroyo de Froya, en las inmediaciones del viaducto del antiguo ferrocarril Boadilla – La Fregeneda – Barca de Alba.
El Camino Natural pasa bajo el puente de la vía y cruza el Arroyo de Froya por una pasarela de madera, en las proximidades de la desembocadura del Regato Pecarabo. A partir de la estación abandonada de Valdenoguera el sendero se empina para poder coronar el Cerro del Lomofejo. Las encinas y los alcornoques (Quercus suber) acompañan al viajero durante el trayecto.
La penillanura
Durante el tramo final, en suave descenso hasta la población de La Fregeneda, la Senda del Duero cruza la penillanura por un lugar donde, fascinado por la grandiosidad del paraje que recorre, la mirada del viajero trata de descubrir, a cada paso, un nuevo matiz en las verticales paredes de Penedo Durao, la descomunal falla que abruptamente rasga el horizonte, ya en tierras de Portugal. Finalmente, entre parcelas de almendros y olivos la Senda del Duero entra en La Fregeneda, donde concluye la etapa.
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El final del camino español
La última etapa de la Senda del Duero por territorio español discurre entre la población de La Fregeneda y el muelle fluvial de Vega Terrón, emplazado en la desembocadura del Río Águeda con el Río Duero. El camino se adapta a la orografía de la penillanura y desciende hasta el cauce del Río Duero. Mientras, el viajero podrá disfrutar de la sorprendente belleza de los cuidados campos lusos, cultivados sobre los cortados del arribe.
Situado en una zona de paso fronterizo, La Fregeneda, con sus aires de estilo colonial, es el pueblo más occidental de la provincia de Salamanca. En sus calles la localidad aún atesora un rico patrimonio: las casas nobles del siglo XVI. También resulta de interés la Iglesia de San Marcos Evangelista en cuyo interior se conserva un bello retablo de estilo churrigueresco. Pero, actualmente este rico patrimonio heredado está vinculado a las almendras, al aceite y al ganado ovino.
Los arribes del Río Agueda
La Fuente romana de Pozabajo es el punto de partida de esta etapa que une la población de La Fregeneda con el muelle fluvial de Vega Terrón junto al Río Duero y la frontera con Portugal. El trazado discurre, entre olivos centenarios, por un ancho camino agrícola hasta la Cruz de Canto. Esta es una de las tres cruces donde se bendicen los campos el día 25 de abril, San Marcos, rotando la hoja que toca sembrar ese año.
La Senda del Duero toma el camino de la derecha y continúa por la Calzada Vieja, entre el Val de los Álamos y el Tresviñal. Es un paraje ondulado, típico de la penillanura. Como resultado el trazado se acomoda al relieve para sortear las vaguadas existentes. Extensas praderías, tapizadas de flores durante la primavera, permiten al viajero disfrutar de un vasto horizonte sobre el que se recortan los Arribes del Río Águeda.
Después, el camino se introduce en un bonito callejo flanqueado por muros de piedra y encinas (Quercus ilex). Durante la primavera el matorral proporciona al paisaje una gama de colores tan variada como diversas son las tonalidades de sus múltiples flores, y perfuma el aire con sutiles fragancias. Tras un suave descenso, el sendero enlaza con la carretera C-517 La Fregeneda – Vega Terrón.
Los arribes del Río Duero
Después de recorrer un corto trecho por la calzada, la Senda del Duero toma el primer desvío hacia la derecha. Seguidamente se interna por el camino que conduce a la Hacienda de Valicobo, una bonita heredad que guarda una estrecha semejanza con las quintas de la margen derecha del Río Duero. Al sur quedan los arribes del Río Águeda. Hacia el norte se descubren con cada paso los detalles de los arribes del Duero donde afluye por la orilla portuguesa la Foz do Mosteiro. A la derecha de este barranco surge la inmensa mole de Penedo Durao, el gran mirador portugués sobre los arribes salmantinos.
El paraje, dominado por los olivos, las encinas, los almendros (Prunus dulcis) y por algunos bosquetes de enebros (Juniperus oxycedrus), es el entorno ideal para que los zorzales (Turdus philomelos), los petirrojos (Erithacus rubecula), y las currucas cabecinegras (Sylvia melanocephala) encuentren un hábitat idóneo para vivir.
La Senda del Duero alcanza la verja que delimita la Quinta de Valicobo y tras cruzarla por una portera, el camino realiza una fuerte revuelta y desciende hasta el villorrio por una cómoda calzada empedrada. Durante el descenso, las vistas sobre el Río Duero son absolutamente grandiosas.
Al llegar a la ermita de la Quinta de Valicobo, una bonita capilla encalada construida imitando el estilo colonial, el trazado toma el antiguo camino de servicio que permite el acceso en coche a la heredad desde la carretera C-517 La Fregeneda – Vega Terrón.
La recompensa final
Tras recorrer unos metros, el trazado abandona el asfalto y toma una vereda que sale a su derecha. Después, la ruta avanza por un lugar que pareciera extraído de una fábula: Las fincas bien aradas y gradeadas están llenas de olivos y de almendros, con encinas rodeadas de jaras de flor rosa, madroños y olivillas. El camino, delimitado por grandes lanchas de pizarra hincadas sobre el suelo, discurre entre los helechos, el rusco y la madreselva, hasta el muelle fluvial de Vega Terrón. En realidad, este corto tramo final le resultará al viajero el más bello y emocionante de todo el recorrido. No en vano, el viajero ha llegado al término de la Senda del Duero después de caminar más de 750 kilómetros y atravesar algunos de los parajes más bellos de Europa.
La Senda del Duero, al igual que el río, está llena de vida y de continuos cambios. Ciertamente, podemos recorrerla repetidamente y siempre será distinta. No obstante, querido viajero, te aseguramos que todos los paisajes que hemos recorrido son mucho más hermosos al natural que como están descritos en esta guía. ¡Anímate a descubrirlos!
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